El mejor amigo del hombre...

El más antiguo, el compañero más fiel del hombre no es el perro, sino el CUCHILLO.
Todos los días, como todo los que nos han precedido, en todas las épocas y en todas las civilizaciones, nos servimos de un cuchillo casi sin pensar en ello.
Por consiguiente, si meditamos en ello, es el único objeto que nos legaron nuestros antepasados prehistóricos, que seguimos utilizando. Desde el día ya muy lejanos en que un hombre, que tal vez aún no conocía el fuego, tuvo la idea de prolongar su hoja de silex con un mango de madera o hueso, el cuchillo se ha convertido en este inseparable instrumento multiuso, que nos sirve para preparar los alimentos, para comer, para desbastar un palo, afilar un lápiz, poner al aire un hilo eléctrico, etc. y también para defenderse, aunque éste sea un empleo excepcional. Y con esto solamente evocamos el cuchillo más simple y no esos verdaderos talleres portátiles que son, por ejemplo, los cuchillos suizos. Y si resulta asombroso ver cómo ese instrumento ha atravesado alegremente los milenios y encuentra día a día nuevos usos (nuestro antepasado jamás se habría imaginado la reparación de un cable eléctrico), y lo más fascinante es descubrir la infinidad de variaciones imaginarias sobre el tema de la hoja y el mango. Variaciones de formas, de tamaños de sistemas de aberturas... Al hilo del tiempo, los cuchillos se han superado a si mismos.